Escrito
Sabías que siete de cada diez puertorriqueños no tienen ni idea de como hacer un presupuesto, ahorrar, manejar sus deudas o invertir. Según un estudio reciente, la deuda total de los consumidores en Puerto Rico llegó a su nivel más alto en una década, con casi $30 mil millones. Y la gente está usando cada vez más tarjetas de crédito para pagar cosas diarias y necesarias: como comida, gasolina y hasta la renta. ¿Por qué pasa esto? Hay varias razones. La pandemia de COVID-19, la inflación está por las nubes y el costo de vida es cada vez más alto en un país donde el ingreso promedio de los hogares se ha mantenido en aproximadamente $24,000 desde hace 6 años. De esta manera, se han puesto a prueba la capacidad de pago de las familias, empujándolas a recurrir al crédito para cubrir sus necesidades básicas.
Al comprender conceptos básicos como el presupuesto, el ahorro, el manejo de las deudas y la inversión, las personas pueden desarrollar hábitos financieros responsables que les permitan alcanzar sus metas y evitar caer en la trampa de la morosidad. Sin embargo, el problema es que muchos no saben por dónde empezar.
Mucha de la gente que no tiene una educación financiera formal recurren a recibir consejos de familiares y amigos, que usualmente tampoco cuentan con el conocimiento adecuado. De esta forma, se reproducen las acciones de tomar decisiones impulsivas relacionadas con el dinero, el endeudamiento y el mal manejo del ingreso.
Es crucial diseñar e implementar estrategias de educación financiera específicas para las necesidades de uno. Los profesionales de finanzas personales, que no se deben confundir con otros expertos del campo financiero como contadores, agentes de seguros u oficiales bancarios, son como entrenadores que te enseñan a usar tu dinero para alcanzar tus metas. Te ayudan a hacer un presupuesto, ahorrar, invertir y evitar las deudas. Una de las cosas que este tipo de profesional acostumbra a recomendar es la elaboración de un plan financiero, lo que incluye la construcción de un presupuesto mensual que permitirá analizar la salud financiera del individuo e identificar cómo puede mejorarla. Otra cosa que hay que entender, es que no pasa de la noche a la mañana, alcanzar el bienestar económico requiere tiempo. En general, de acuerdo a los expertos en la materia, requiere siete años, pero puede tomar un poco más o un poco menos.
“Eso suena perfecto. Pero, si no puedo pagar la tarjeta, ¿que te hace pensar que puedo pagar un profesional de finanzas personales para que me ayude?”
Lo bueno es que mediante el uso del internet, las personas interesadas en conseguir literatura y contenido educativo acerca de bienestar financiero pueden hacerlo, de forma gratuita, accediendo a plataformas como:
- El Instituto de Educación Financiera de Puerto Rico
Tiene como propósito desarrollar iniciativas educativas para fomentar el crecimiento de un país mejor educado financieramente. Es por esto, que lleva a cabo estrategias dirigidas a impactar varios sectores de la comunidad puertorriqueña. Tales como: charlas, adiestramientos y actividades de orientación masiva.
El número de contacto es (787)723-3131 Ext. 2218.
2. La Oficina para la Protección Financiera del Consumidor
Esta última página web cuenta con guías para el consumidor y hojas de cotejo para, por ejemplo, medir el bienestar financiero del usuario.
De igual manera, hay una variedad de aplicaciones móviles gratuitas que son útiles para registrar cuánto dinero se utiliza a diario, lo que posibilita tener mayor control y conciencia sobre los hábitos de consumo.
En resumen, dominar el lenguaje financiero es tan importante como aprender a caminar. Por eso no debemos mantener el tabú de que aprender sobre dinero es un lujo solo para ricos y empresarios, porque entonces, ¿Merece el resto del pueblo sentir que estarán condenados a estar “pelaos” el resto de la vida? Por tanto, al igual que todo ser humano debe aprender a caminar/transportarse de un lugar a otro, de igual forma aprender sobre la educación financiera. Cada persona que aprende sobre educación financiera no solo va a ayudar a que la gente deje de atrasarse con sus pagos y tenga una mejor salud financiera, sino que también va a echar pa’lante el desarrollo económico del país.
Cuando la gente sabe manejar su dinero, es más probable que ahorren, inviertan y hasta se animen a emprender, lo que a su vez impulsa el crecimiento económico y crea más empleos. El aumento de la morosidad (gente que no paga sus deudas a tiempo) en Puerto Rico es un llamado a la acción para que se fortalezca la educación financiera, especialmente para la clase media y baja. Implementar estrategias de educación financiera que sean efectivas y accesibles es crucial para que las personas puedan tomar decisiones financieras responsables, mejorar su situación económica y contribuir al desarrollo sostenible de la isla.
La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.