Escrito
No debe ser sorpresa que una fuente de ingreso en cada familia ayuda a combatir la pobreza. Pero, promover que nuestros jóvenes consigan un empleo temporero durante los recesos académicos, como en verano o en época de navidad, también ayuda a reducir la pobreza con el tiempo. No se trata de una fuente de ingreso adicional para la familia, sino de que se ha encontrado que, entre los jóvenes, tener un trabajo, aunque sea temporero, ayuda a disuadir el abandono de los estudios. Lo anterior, fomenta la reducción en los niveles de pobreza. En el 2017, el Instituto de Desarrollo de Juventud presentó un estudio que demostró que unas estrategias donde combinaban la implementación de diferentes políticas públicas proyectaban una reducción de hasta 36% en los porcentajes de pobreza, con la pobreza extrema pudiendo desaparecer en diez años. Precisamente, estas proyecciones dependen de que los jóvenes terminen sus estudios escolares.
Entre los efectos positivos de que los jóvenes aprovechen alguna oportunidad de empleo temporero están: un mejoramiento en los hábitos de estudios, un aumento en el compromiso y la comprensión de la importancia de terminar la escuela, ayuda en el desarrollo de destrezas blandas, en las aspiraciones de carrera y se ha mostrado que ayuda a reducir la criminalidad.2 El ciclo de la pobreza comienza desde una edad temprana. Actualmente, en Puerto Rico, hay 17% de los jóvenes entre 16 a 20 años que no están ni en la escuela ni trabajando. Nuestro ordenamiento jurídico permite que menores, entre 14 y 16, años podrán ser empleados, fuera de horas de clase y durante las vacaciones escolares y con un permiso especial del Departamento del Trabajo.3 La mayoría de
los estudiantes que buscan estos permisos terminan no abandonando la escuela y no caen en la estadística del desempleo.
La tasa de desempleo en Puerto Rico actualmente es de 5.8%. La cifra la continúan celebrando, como si unas 80,000 personas sin poder proveer económicamente para sus familias fuera positivo, en una isla de 100 x 35 millas y con el 50% de las familias viviendo bajo el nivel de pobreza.4 No vamos a pretender que la creación de empleos para los patronos sale gratis; ni tampoco los incentivos gubernamentales para los empresarios. Pero la pobreza también cuesta dinero y si no ayudamos a nuestros jóvenes, nunca saldremos de ella.5 Queda claro entonces, que fomentar la creación de más empleos, mediante iniciativas a las pequeñas y medianas empresas y al individuo, es un tema que urge la atención constante del gobierno. Que no se debe medir sencillamente por una reducción en una cifra, si no por lo que es: un paso hacia eliminar la pobreza y la pobreza infantil en Puerto Rico.
La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.