Mayo 13, 2024
La pobreza representa un desafío significativo para Puerto Rico, aunque parece que la conciencia pública sobre esta problemática no está consciente de ello. Por años, varias organizaciones han llevado a cabo investigaciones y esfuerzos para abordar esta situación, pero lamentablemente los niveles de pobreza, especialmente entre los niños, continúan en aumento. Aunque en 2021 se registró una disminución temporal de la tasa de pobreza infantil al 55% debido a los estímulos económicos relacionados con la pandemia de Covid-19, para 2023 había vuelto a alcanzar un preocupante promedio del 58%, una cifra que se mantiene desde 2005.
Es evidente que el problema radica en la falta de acción efectiva por parte de las políticas públicas. No hay justificación para que las estadísticas de pobreza sigan siendo tan elevadas y para que el gobierno demore tanto en implementar medidas concretas.
Es esencial que el gobierno y las instituciones responsables asuman su deber con seriedad y compromiso, asegurando que los recursos asignados se utilicen de manera efectiva y que los planes se implementen de manera estratégica, oportuna y eficiente.
La pobreza infantil no solo afecta a los niños y sus familias en el presente, sino que también tiene consecuencias a largo plazo para el desarrollo de Puerto Rico. Por lo tanto, es fundamental que se priorice esta problemática y se tomen las medidas concretas y efectivas que llevan años prometiendo.
Otro de los muchos principales obstáculos para reducir la pobreza son las barreras de empleo que enfrentan muchas familias. A pesar de su deseo de trabajar, se ven impedidas por diversas circunstancias, como: la falta de accesos a una alimentación adecuada, transporte, cuidado infantil, horarios laborales flexibles, oportunidades laborales y salarios justos. Además, la percepción de que trabajar podría resultar en la pérdida de beneficios estatales contribuye a perpetuar este ciclo de pobreza.
En los últimos cuatro años, se ha hecho un mayor énfasis en la problemática de la pobreza, y en 2021 el Gobierno finalmente tomó medidas al respecto. En mayo de ese año, el gobernador firmó una Orden Ejecutiva para establecer una Comisión sobre la Pobreza Infantil, con el objetivo de evaluar investigaciones previas y recomendar proyectos e iniciativas para abordar este problema mediante políticas públicas relacionadas a la pobreza infantil. El gobernador establece que, para contrarrestar el impacto de la pobreza, a largo plazo se debe invertir una suma de 4.400 millones anuales. Sin embargo, el Instituto del Desarrollo de la Juventud(IDJ) en sus estudios estableció que el costo de la pobreza infantil al año en PR es de 4.400 millones. Al analizar los datos, vemos que esa cantidad de inversión no ayudaría a resolver el problema. Ese estudio estableció recomendaciones y estrategias a largo y corto plazo, re-estableciendo que la inversión debería de ser de al menos 6.4 millones
Para finales de ese mismo año, se creó la Ley de Política Publica de Puerto Rico para combatir la pobreza infantil y desigualdad social. Esta ley crea OTRA comisión para “combatir la pobreza”, y establece como metas que la reducción en la taza de pobreza infantil un 50% al cierre del año 2032. Con una expectative de reducción en la pobreza infantil a un 70%. Dentro de esta ley se estableció que una vez entrara en vigor, la comisión debía de entregar un plan estratégico de cómo iba a comenzar a combatir el problema. ¿Qué ocurrió? Que no fue hasta el 2023 que se entregó este plan, para comenzar a implementarlo en el año 2024.
En el presupuesto gubernamental para el año fiscal 2022-2023, se le asignaron $1.2 millones de dólares al Programa contra la Pobreza Infantil. Sin embargo, para el 20 de enero de 2023, aun no se habían utilizado aun fondos correspondientes para ese año. Esto es un claro ejemplo de la incompetencia que el gobierno tiene para combatir este problema. El hecho de que se haya perdido dos años en llevar a cabo las metas establecidas es inaceptable. Mucha acción pudo haber ocurrido desde entonces con la implementación del programa y los fondos. Al comenzar a implementar el plan ahora en el año 2024 se presenta la duda: Podrán las metas y las estrategias establecidas en efecto llevarse a cabo? Tiene el gobierno el compromiso de mejorar la situación ecnonomica del país o prefieren mantenernos en estado de pobreza? Un gobierno justo debe tener como prioridad erradicar por completo este problema, pues no solo beneficiara a las personas ahora, sino al país por completo.
Es fundamental que el gobierno priorice la erradicación de la pobreza y que se traduzcan las palabras en acciones concretas y resultados tangibles. Puerto Rico necesita un compromiso real y sostenido para superar este desafío. Es hora de pasar de las promesas vacías a la acción y los resultados. Las ayudas y los fondos estan, falta el compromiso.
¡Puerto Rico necesita acciones y resultados concretos!